8 de noviembre de 2016

Presentación de "Relatos del Impostor"


Nuestro compañero, Carlos Pérez, ha publicado una nueva obra; un libro de relatos.
Cuando, hace unas semanas, Carlos me pidió que presentara su último libro, en nuestro centro me sentí triplemente orgulloso: primero porque confió en mí, segundo por presentar un libro (la presentación de un libro siempre es motivo de satisfacción), y en tercer lugar porque se iba a hacer en nuestro centro, donde trabajamos, y delante de todos los alumnos, padres y compañeros. Por todo ello, gracias.
Ha publicado varias obras. Como poeta (que también escribe poesía): Memoria de la luz, Ruegos y preguntas, Llamada de la tierra, Panteón interior, Temblor, Razón de convivencia y la antología Andalucía en verso. Y todo esto desde el año 1992. Lleva la friolera de catorce años publicando.
También tiene libros de relatos como Nico y Aurora y otros relatos malagueños, Sobre el papel y este que tenemos aquí. A nuestros jóvenes estudiantes quiero anunciarles que se encuentran en la biblioteca y pueden leerlos cuando quieran.
En la solapa de este libro pueden leer unas breves anotaciones de Carlos… pero ¿quién es Carlos? Es un temerario de la literatura. Y les diré por qué.
Recuerdo que cuando llegó a nuestro centro nos preguntábamos (me preguntaba) ¿qué hace un profesor de inglés cambiando de especialidad para impartir clase de Lengua y Literatura? Porque hay que ser un auténtico temerario para adentrarse en los pliegues de la literatura como profesor, pero él fue más lejos porque no solo enseña literatura (y sus alumnos pueden atestiguar que con pasión) sino que también la escribe y aquí tenemos la prueba de su temeridad: enseñar y escribir, ¡casi nada!
Los relatos se caracterizan por ser cortos y por contar algún detalle, sin entrar en pormenores, sobre el nacimiento, desarrollo de un personaje o por qué se convierte en asesino, por ejemplo. Precisamente en el primer relato aparece un asesino; ahora bien lo que me ha llamado la atención  (aparte de su extensión, es el más largo y da pie a la portada) no es el asesino (que, a buen seguro, lo iban a descubrir o matar o se suicidaría en las vías del tren ¡vete tú a saber!) sino los detalles que, como narrador, configuran a uno de los personajes. Cuando lo lean no busquen al asesino sino que vayan al lado de quien lo busca, quizá se lleven una sorpresa. El narrador hace que la vida silente de algunos personajes sea tan importante como el relato en sí, pero el narrador (agazapado tras las líneas) no nos dice nada, espera que nosotros lo descubramos.
El segundo relato Retratada para siempre es bastante actual de lectura muy ágil y sorprendente, francamente sorprendente.
En Cambio de papeles destacaría el yo narrador que nos hacer revivir esa infancia mofletuda… No digo más. Solo unos pequeños detalles de (otra vez) un narrador sutil hacen que descubramos su forma de narrar.
La historia del soldado Bazán es muy detallista. Empieza casi igual que acaba, casi con las mismas palabras: “A Hilario Bazán, … , la vida se le puso por delante demasiado pronto” y acaba: “… por desgracia … por delante demasiado pronto” He omitido algunas palabras. Pero lo que más me ha llamado la atención, como he dicho antes, ha sido el detallismo: al personaje no le gustaba sacar punta al lápiz con el machete, o que guarde su primera libreta (donde su nombre lo escribe sin hache) o cómo le gustaba acariciar al gato… En fin, son detalles que forjan al personaje y Carlos nos lleva a que comprendamos por qué es así. No nos dice nada, solo nos presenta los actos que definen al personaje y que nos hagan pensar qué hace ahí ese personaje.
No voy a contar todos los relatos… pero en Según Eva, según Leo, reconozco que hace todo lo posible para que no nos pongamos de parte de ninguno. Díganme cuando lo lean si lo ha conseguido… Otra vez tenemos un narrador sutil.
Uno de los relatos que más me ha gustado es Un chirimbolo y un Madelman. En mi pueblo no se dice “chirimbolo” sino que diríamos: cachivache, trasto, cosa. A los más jóvenes debemos decirles que los “Madelman” eran unos muñecos con mil y un trajes (de militar, buzo, esquimal…) con perros, cintos con las balas, pistolas, escopetas... y un sinfín de artilugios. Yo nunca tuve un Madelman (cuyo lema en los anuncios en blanco y negro era: “Los Madelman lo pueden todo”, que repite en el libro…- no digo más); nunca tuve uno porque eran muy caros. Hoy día son piezas de coleccionista. De esta forma podréis entender mejor gran parte del relato.  Hace años los chicos jugábamos con muñecos: los Madelman, los Geyper-Man, los indios de plástico y los vaqueros en su fuerte Comansi… Ahora los chicos no juegan con muñecos… y me pregunto: ¿jugarán a otras cosas como, quizá, uno de los personajes…? Creo que el narrador trata esta historia como si los personajes estuvieran jugando y como si él jugara con los personajes. Si Dios jugara a los dados, quizá más de uno de nosotros habría jugado con un Madelman y quizá habría conocido a una tal Puri y la habría llevado a tomar una cerveza al Reflejo de Luna… ¿Quién sabe?
De Descubrimiento tardío, decir que el padre del Carlos fue pintor. Este es otro de esos detalles que iluminan el relato. Añado las sensaciones que nos transmite. También lo consigue en Viaje de vuelta o Ansiedad de buzón. En este último, reconozco que esas sensaciones, esa manera de narrar, han hecho que me encapriche de un personaje… ¿Ocurrirá con todos los lectores de la misma forma y por los mismos motivos?
El último relato El impostor trata sobre eso, los impostores. El escritor puede ser un impostor porque cuando se dirige a nosotros ¿quién nos habla: el hombre que vemos o el hombre que narra? Otra vez la sutileza de la narración con pequeñas pinceladas casi modernistas nos encierran en el relato.
El resto de relatos es mejor que los lean y que disfruten como yo he disfrutado porque su lectura es rápida y muy ágil. Nos introduce en la historia de los personajes casi sin que nos demos cuenta… como una buena comida o una pastilla cuando nos duele algo, por eso las Aspirinas gratinadas (otro relato realista y muy optimista).
Espero que el libro les guste.
José Luis Gutiérrez


A continuación mostraremos un vídeo del acto realizado en el IES Salvador Rueda: